La Consejería de Sanidad de Castilla y León y su aseguradora han sido condenadas a indemnizar con 80.000 euros a un hombre al que se le realizó una laringectomía debido a un diagnóstico erróneo que le causó la pérdida permanente de la voz. La decisión fue tomada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
El paciente, de 61 años, inicialmente presentó síntomas de disfonía persistente en noviembre de 2019, lo que condujo a su médico a remitirlo al Servicio de ORL del Complejo Hospitalario de Palencia. Allí, se detectó una lesión en la cuerda vocal izquierda, y tras realizar un TAC y una biopsia, se diagnosticó una tumoración laríngea izquierda.
Inicialmente considerado como irresecable por Oncología, el tratamiento comenzó con quimioterapia. Sin embargo, tras un segundo TAC que mostró una mínima reducción del tamaño de la tumoración, el equipo de Otorrinolaringología optó por una cirugía radical de laringectomía realizada en junio de 2020, sin realizar nuevas biopsias que confirmaran la naturaleza de la lesión.
Posteriormente, el análisis de Anatomía Patológica reveló que no existía ningún tumor en las muestras extirpadas, sino una lesión de tipo infeccioso relacionada con antecedentes de tuberculosis del paciente.
La sentencia subraya que antes de proceder a una intervención de tal magnitud, era esencial confirmar la naturaleza tumoral de la masa mediante una biopsia o PET-TAC. La falta de esta verificación ha resultado en una “perdida de oportunidad” para el paciente de recibir un tratamiento menos invasivo y evitar la cirugía.
La operación ha dejado al paciente con severas secuelas, incluyendo la incapacidad de hablar y dificultades significativas para tragar, limitando drásticamente su calidad de vida. La compensación busca mitigar el impacto de estos daños irreversibles causados por un lamentable error diagnóstico.