
El caso de Andrea Bejarano, la mujer de 34 años desaparecida en Burgos, ha dado un giro trágico. En la madrugada de este miércoles, la Policía Nacional ha detenido a su marido, identificado como J. V., tras confesar haberla asesinado y deshacerse de su cuerpo en un paraje apartado. Según fuentes policiales consultadas por esRadio Castilla y León, la confesión del hombre llegó alrededor de la medianoche, tras varias horas de interrogatorio. Siguiendo sus indicaciones, los agentes localizaron el cadáver de Andrea Bejarano en un área cercana a Salinillas de Bureba, a unos 40 kilómetros de Burgos capital. El delegado del Gobierno en la comunidad, Nicanor Sen, lo confirma como nuevo caso de violencia de género.
¿Cómo se resolvió el caso?
Desde el día en que se perdió el rastro de Andrea, la preocupación de su familia impulsó una intensa búsqueda. La mujer, de origen colombiano, trabajaba como técnica de laboratorio en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y tenía un hijo menor de edad con el detenido. Las autoridades sospechaban desde el principio de su pareja, pero la falta de antecedentes de violencia de género complicaba el caso. Finalmente, la presión de la investigación llevó a J. V. a confesar el crimen.
El crimen: ¿Qué pasó realmente?
Según ha confirmado el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, el asesinato ocurrió en el domicilio de la pareja. Posteriormente, el homicida transportó el cuerpo hasta un lugar con "vínculos sentimentales para ambos", un área junto a un río en Salinillas de Bureba, con la intención de ocultarlo. El detenido, miembro del Ejército en la base militar de Castrillo del Val, intentó esconder el cuerpo en un sitio de difícil acceso.
¿Qué ocurrirá ahora con el asesino confeso?
Actualmente, J. V. permanece en dependencias policiales, a la espera de ser puesto a disposición judicial por un delito de homicidio. Mientras tanto, el cuerpo de Andrea Bejarano será sometido a una autopsia para determinar con exactitud la causa de su muerte. Este crimen ha conmocionado a la comunidad burgalesa, donde la víctima y su familia estaban plenamente integrados. Las autoridades han subrayado la rapidez de la investigación, que ha permitido esclarecer los hechos en un tiempo récord.