La Asociación de Turismo de El Bierzo Alto ha emitido este jueves una amplia nota de prensa en la que se opone de forma frontal a la creación prevista por Repsol del parque eólico Alto Bierzo-Sil. Apuntan que sería un perjuicio importante para el sector. Además, muestras la decepción con los alcaldes que la han apoyado y se ponen del lado de la alcaldesa de Páramo del Sil, contraria a la misma. Ésta es la misiva de forma íntegra:
En ATUDEBIAL, como propietarios de alojamientos rurales, restauradores, artesanos y promotores de actividades turísticas en la Comarca del Bierzo Alto, expresamos nuestra profunda preocupación por el macro proyecto de aerogeneradores que la multinacional Repsol pretende llevar a cabo en la Sierra de Gistredo y Alto Sil. Este proyecto se opone de manera directa a los objetivos que hemos defendido como asociación durante más de 20 años. Dichos objetivos se centran en resaltar los diversos atractivos culturales, gastronómicos, ambientales, así como la riqueza del patrimonio arquitectónico y los recursos naturales que posee nuestra maltratada Comarca. Las secuelas de décadas de proyectos depredadores, especialmente aquellos vinculados a la minería del carbón, aún perduran en la memoria colectiva del territorio.
La instalación de aerogeneradores en la Sierra de Gistredo representa un nuevo ejemplo de esa visión miope que prioriza beneficios inmediatos a expensas de recursos que debemos conservar y transmitir intactos a las futuras generaciones. En un contexto global marcado por la crisis climática, la transición energética debe fundamentarse en un modelo que respete tanto la biodiversidad como el legado de territorios de valor excepcional. El Bierzo no requiere más sacrificios; debe ser un modelo de cómo el desarrollo puede coexistir con la protección de su invaluable patrimonio natural y cultural.
Desde nuestra perspectiva vinculada al Turismo Rural y la naturaleza, observamos con alarma y gran preocupación este proyecto, que implicará la destrucción de hábitats naturales y paisajísticos en miles de hectáreas, en una zona virgen que alberga especies únicas como el oso y el urogallo, montañas tan emblemáticas como el Catoute y Valdiglesia o símbolos de identidad de la zona como las brañas.
La instalación de estos macro parques eólicos en áreas rurales presenta una serie de incompatibilidades con el desarrollo del turismo, que se manifiestan en diversos aspectos. Las comunidades que habitan cerca de estos parques han manifestado su inquietud por los efectos negativos que estos generan, particularmente en lo que respecta a la contaminación visual y acústica. En el caso del pueblo de Quintana de Fuseros, que forma parte del municipio de Igüeña, se estima que la población podría estar expuesta a un nivel de ruido constante de 35Db, cifra que supera considerablemente el límite de 20Db recomendado por los especialistas para garantizar un adecuado descanso nocturno.
La presencia de estas imponentes torres altera la estética natural del paisaje, convirtiendo áreas rurales en espacios industrializados que desvirtúan la belleza del entorno. Un ejemplo de ello es la línea de evacuación de alta tensión proyectada en el corazón del Valle del río Primout, un verdadero tesoro y santuario natural de la Sierra de Gistredo, cuya necesaria implica una gran tala de árboles y grave alteración del ecosistema en más de 1.600 hectáreas de terreno.
Asimismo, las luces intermitentes de los aerogeneradores, imprescindibles por motivos de seguridad, contribuyen a la contaminación lumínica, afectando la experiencia de aquellos visitantes que desean disfrutar de la paz y la pureza de la naturaleza. Este significativo impacto ambiental no solo perjudica la calidad del entorno rural, sino que también puede desincentivar el turismo, dado que los viajeros son cada vez más conscientes de la necesidad de preservar el medio ambiente y buscan destinos que ofrezcan un equilibrio entre el desarrollo energético y la conservación natural.
En investigaciones sobre el efecto de los parques eólicos en una amplia muestra de individuos que recientemente alquilaron viviendas, se observó que más del 50% de ellos manifestó que no volvería a arrendar la propiedad si tuviesen que convivir con los aerogeneradores. O que decir de la alerta que ha hecho La Coordinadora de Estudios Eólicos que habla de una devaluación de las viviendas en poblaciones cercanas a parques eólicos casas en un 30%. El colectivo ha realizado el cálculo a partir de un informe de la Universidad de Salamanca que ha estudiado este perjuicio económico.
Potra parte, ¿acaso en aquellas otras poblaciones del Bierzo donde llevan años instalados parques eólicos, como Boeza o Pobladura de las Regueras ha redundado en un aumento de la población? Quizás haya mejorado a lo sumo la orquesta contratada para fiestas, pero poco más. Seguimos con el modelo de “pan y circo”. Se busca generar la aprobación del pueblo, no por la excelencia en el servicio público o la política pública, sino por diversión, distracción.
En este contexto, Repsol plantea un proyecto que prevé la instalación de 43 aerogeneradores de más de 200 metros de altura en el corazón de la sierra de Gistredo y Alto Sil, lo que equivale a 2,5 veces la altura de la catedral de León.
Desde ATUDEBIAL, anticipamos que, de llevarse a cabo este macro proyecto, se produciría una notable disminución del turismo rural en El Bierzo Alto. Este tipo de turismo, sostenible y de calidad, está profundamente arraigado en el paisaje y la cultura local, y ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años, alcanzando niveles óptimos de ocupación y satisfacción entre los visitantes. Actualmente, en los pueblos del Bierzo Alto se ofrecen alrededor de 300 plazas de alojamiento rural, lo que puede traducirse en aproximadamente 30.000 pernoctaciones anuales. A menudo, estas cifras son subestimadas en el ámbito político, sin reconocer el impacto positivo y multiplicador que tienen en la economía local de nuestra zona rural.
Aplaudimos la frontal oposición al proyecto de la edil de Páramo del Sil, y nos decepciona la actitud de algunos alcaldes de la comarca del Bierzo Alto, Bembibre, Noceda e Igüeña. Estos parecen dispuestos a sacrificar el invaluable patrimonio natural de la región a cambio de los supuestos beneficios que el proyecto de Repsol podría aportar a sus localidades. Es preocupante que se priorice el beneficio económico inmediato en lugar de salvaguardar un legado natural que pertenece no solo a los vecinos de hoy, sino también a las generaciones venideras.
No cuestionamos la necesidad de avanzar hacia una transición energética basada en energías renovables, pero esta debe realizarse con un enfoque en la conservación de la biodiversidad y el paisaje. Apostemos por los usos y valores que atesoran estas áreas de montaña únicas y que moralmente estamos obligados a preservar y dejar en legado a las siguientes generaciones cuando menos en las mismas condiciones que nos llegaron.
Como defiende la valiente alcaldesa de Páramo del Sil, Alicia García, hay que empezar a pensar y gobernar de otra manera, una que de verdad ayude a crear riqueza, empleo y apego al territorio. Impulsar iniciativas de futuro para desarrollar el turismo de naturaleza, la ganadería en extensivo o transformar los productos de la zona. «En este tipo de iniciativas, los aerogeneradores y toda su infraestructura no encajan».
Una vez más, volvemos a estar en la mirada depredadora de grandes capitales que buscan expoliar nuestros recursos naturales, degradando nuestro medio ambiente de manera irreversible para una vez explotado el recurso, “si te vi ya no me acuerdo”.