
Castilla y León ocupa el sexto lugar en España en cuanto a la donación de órganos, con una tasa de 56,7 donantes por millón de habitantes, lo que representa un aumento del 25% en el número de donaciones respecto al año anterior. Estos datos fueron proporcionados por María Eugenia Perea, la nueva coordinadora de Trasplantes de la comunidad, durante su participación en un curso de actualización sobre donación de órganos y tejidos en Ponferrada. La formación fue organizada por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias de Castilla y León (Semes).
Perea destacó la importancia de seguir avanzando en este ámbito para reducir las listas de espera, las cuales varían según el tipo de órgano. En este sentido, subrayó que uno de los aspectos más importantes del proceso es empatizar con las familias de los posibles donantes. La coordinadora explicó que, durante las entrevistas para la donación, el objetivo principal es acompañar a las familias en uno de los momentos más difíciles de sus vidas, ofreciéndoles la oportunidad de ayudar a otros en nombre de su ser querido. Aunque la mayoría de las familias responden positivamente a pesar del dolor, Perea señaló que las negativas suelen estar relacionadas con los deseos previos del paciente, que había expresado no querer ser donante en vida.
El curso, que ya lleva 13 años celebrándose, busca concienciar tanto al público en general como a los profesionales de la salud sobre la importancia de la donación de órganos. Gonzalo Ibáñez, presidente de la Semes en Castilla y León, destacó que, a pesar de que España es líder mundial en donación y trasplante, la lista de espera continúa siendo una realidad.
Por otro lado, Juan Ortiz de Saracho, gerente de Asistencia Sanitaria de El Bierzo, resaltó la relevancia del Hospital El Bierzo en el proceso de donación, señalando que este centro realiza un trabajo fundamental para salvar vidas, especialmente en colaboración con los servicios de Urgencias e Intensivos. A pesar de que las donaciones de órganos siguen en aumento, Ortiz de Saracho reconoció que nunca son suficientes, ya que muchos órganos y tejidos pueden donar y mejorar la calidad de vida de los receptores.