Desde este lunes 20 de enero, la Casa Blanca tiene nuevo inquilino. Donald Trump regresa al despacho oval con una actitud mucho más decidida y con un propósito en mente: imponer aranceles a los productos europeos. Una medida que preocupa y mucho, sobre todo, en el sector agroalimentario de Castilla y León.
Y no es para menos, según datos de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la comunidad, solo en 2023, las exportaciones a Estados Unidos supusieron 107 millones de euros para las empresas castellanas y leonesas del sector primario. Los productos más vendidos en este ámbito fueron vino, galletas y porcino.
Alerta de las opas
Las cuatro Organizaciones Profesionales Agrarias principales en la autonomía -ASAJA, la Alianza UPA-COAG y la Unión de Campesinos de Castilla y León- advierten sobre este complicado panorama para el sector. Afirman que esos aranceles “sacarán del mercado a los productos de calidad de Castilla y León”.
Sus líderes coinciden en la necesidad de que las instituciones europeas y nacionales adopten medidas para garantizar la competitividad del sector frente a estos desafíos globales, como las posibles restricciones de Trump o el tratado con Mercosur.
Sobre este último pacto de libre comercio, Aurelio González de UPA-COAG reprochó que “se haya firmado el acuerdo de Mercosur deprisa y corriendo porque sabían lo que se venía con Trump y buscaban países de apoyo para tener esa comercialización”.
Cautela en la consejería
Desde la Junta de Castilla y León, por el momento, muestran cautela. Aunque son conocedores de la situación, la consejera del ramo, María González Corral, pide mantener la calma y aseguró que es pronto para sacar conclusiones.
Eso sí, desde su departamento, estudiarán el posible impacto y las medidas que trasladarle al Ministerio de Luis Planas.