No habrá cambios en la Mesa de las Cortes de Castilla y León. Según ha conocido esRadio Castilla y León, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha comunicado este viernes al secretario general del PSOE autonómico, Carlos Martínez, que el PP no se abstendrá para facilitar la renovación del órgano de Gobierno parlamentario, incluso si se producen vacantes.
"Si hay vacantes, el PP presentará a sus propios candidatos", trasladó Mañueco durante su encuentro con Martínez. Así, el dirigente socialista confirmó: "Nosotros no renunciamos a la Mesa".
Esta negativa del Partido Popular se produce tras el terremoto político desatado por la pillada de un micro abierto a cuatro procuradores socialistas en el último debate del estado de la Comunidad. En dicha conversación, criticaron tanto a Carlos Martínez como al ministro de Transportes, Óscar Puente, generando una grave crisis interna en el PSOE CyL.
Inicialmente, la dirección autonómica socialista exigió la dimisión de Ana Sánchez —vicepresidenta segunda de las Cortes— y Diego Moreno —secretario primero de la Mesa—, implicados en el incidente. Ambos aceptaron dimitir, pero condicionaron el momento de su salida a la existencia de un acuerdo que asegurase la continuidad del PSOE en la Mesa.
La renuncia de Sánchez y Moreno abría un complejo tablero político, donde la prioridad era pactar con el PP para mantener la representación socialista. Sin embargo, como ha podido confirmar esRadio Castilla y León, el grupo popular prefería esperar la dimisión antes de valorar cualquier opción, sin ofrecer garantías de colaboración.
Durante toda la semana, Ana Sánchez se mostró a la espera de instrucciones: "Estoy esperando órdenes para registrar mi renuncia", aseguraba a medios locales. La falta de avances en las conversaciones con el PP dejó todo paralizado.
Finalmente, ante la negativa rotunda de Mañueco, Carlos Martínez decidió mantener a Sánchez y Moreno en sus puestos, frustrando el relevo en la Mesa de las Cortes. Desde el entorno socialista confirman que, de momento, "no se moverá ficha" sin un pacto claro.
Este nuevo capítulo en la política de Castilla y León evidencia el creciente enfrentamiento entre PP y PSOE en un momento especialmente delicado para la estabilidad institucional de la Comunidad.