Imagen de Archivo Agente de la Policía Nacional
Imagen de Archivo Agente de la Policía Nacional

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Valladolid a una mujer acusada de robar 12 teléfonos móviles en la empresa donde trabajaba. La presunta ladrona, lejos de obtener una gran suma, los vendió por tan solo 720 euros, a pesar de que el valor real de los terminales superaba los 4.700 euros.

¿Cómo logró llevárselos sin levantar sospechas?

Los hechos se remontan a octubre, cuando la empresa, situada en el polígono San Cristóbal, recibió 85 terminales para repartir entre sus trabajadores. Sin embargo, un primer inventario realizado en enero reveló la desaparición de ocho móviles, a los que se sumaron otros cuatro en la siguiente revisión.

El problema es que los dispositivos estaban guardados en un despacho cerrado con llave y sin signos de haber sido forzado. Ante esta situación, la compañía denunció el robo el pasado 10 de febrero, lo que puso en marcha una investigación policial.

La pista clave que llevó a su detención

Los agentes centraron sus pesquisas en el entorno laboral y pronto dieron con la pista que delataría a la presunta autora. Cuatro de los teléfonos robados habían sido vendidos en Valladolid y, tras seguir el rastro de las transacciones, encontraron que los ocho restantes fueron comercializados en Salamanca.

Con esta información, la Policía pudo identificar a la vendedora: una de las propias trabajadoras de la empresa. Tras localizarla, los agentes procedieron a su detención el 5 de marzo.

Poca ganancia y graves consecuencias

A pesar de haber conseguido deshacerse de los móviles, la mujer solo obtuvo 720 euros, una cifra irrisoria en comparación con el valor real de 4.700 euros de los dispositivos sustraídos.

La detenida, acusada de un delito de hurto, prestó declaración en la comisaría de Parquesol, tras lo cual fue puesta en libertad, aunque el caso ya está en manos de la autoridad judicial.

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