La Casa de Soria en Valencia celebró ayer, 27 de marzo, una nueva edición de su tradicional Jueves Lardero, una festividad que se ha convertido en un referente para la difusión de la cultura y gastronomía soriana en la Comunidad Valenciana. Más de 225 personas disfrutaron de una noche cargada de tradición y sabor, en la que por primera vez asistió la Fallera Mayor de Valencia, Berta Peiró García, fortaleciendo los lazos entre la provincia de Soria y Valencia. Para la ocasión, la Casa de Soria trajo productos directamente desde la provincia, como pan de Almajano, huevos de Aldealafuente, patatas de Añavieja, torreznos, lomo, costillas y chorizo de Soria, además de vino de Castillejo de Robledo y costrada elaborada en Berlanga de Duero. Este compromiso con los productores sorianos es una constante en la entidad, que trabaja con proveedores de la región.
El evento contó con la presencia de representantes de la Diputación de Soria, también de la Generalitat Valenciana, la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Valencia, así como del Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz, que tendrá un papel destacado en las actividades que se celebrarán en la Comunidad Valenciana durante 2025, y de representantes de la Junta de Castilla y León. Precisamente, uno de los momentos más emotivos de la velada fue el acto de agradecimiento a Soria y Castilla y León por la ayuda prestada a la Comunidad Valenciana tras la DANA del pasado noviembre. La Diputación de Soria, en colaboración con la Diputación de Valencia, organizó el envío de recursos materiales y apoyo humano a las zonas afectadas, además de coordinar donaciones desde la provincia.
Las celebraciones continuarán durante el fin de semana con diversos actos, como la asistencia a la primera mascletà desde el balcón del Ayuntamiento el sábado 1 de marzo, y la esperada “Macro Mascletà de Torreznos de Soria” el domingo 2 de marzo, donde se espera una gran afluencia de público. El Jueves Lardero de la Casa de Soria en Valencia volvió a ser un éxito, consolidándose no solo como una celebración de la riqueza cultural soriana, sino también como un símbolo de hermandad y solidaridad entre territorios.