
Esta tarde en Manos Arriba hemos abordado una duda recurrente en los hogares: ¿son lo mismo la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente? Para aclararlo, hemos contado con la ayuda del nutricionista Daniel Fernández, quien ha explicado por qué es importante conocer la diferencia entre estos dos conceptos para evitar riesgos en la salud y reducir el desperdicio de alimentos.
La clave está en que la fecha de caducidad indica el momento a partir del cual consumir un producto puede ser peligroso para la salud, ya que podrían desarrollarse microorganismos perjudiciales. En cambio, la fecha de consumo preferente solo señala que, tras esa fecha, el alimento puede perder cualidades como sabor, aroma o textura, pero sigue siendo seguro para el consumo. Por eso, alimentos como la pasta, el arroz, las conservas o incluso los yogures pueden seguir consumiéndose sin riesgo después de la fecha indicada, siempre que se hayan almacenado correctamente.
Durante el programa, también se ha resaltado la importancia de leer el etiquetado de los productos y entender su procedencia. Fernández ha señalado que muchos consumidores no prestan atención a estos detalles, lo que puede llevar a confusiones sobre la calidad y composición de los alimentos que compramos, especialmente en productos envasados como la carne picada, donde puede haber diferencias significativas en su porcentaje de carne real.
Además, hemos hablado con Daniel Fernández sobre el impacto del mal uso de las fechas de caducidad en el desperdicio de alimentos. Se estima que alrededor del 10% de los alimentos que se tiran en el mundo es porque la gente cree que han caducado, cuando en realidad solo han superado su consumo preferente. Conocer la diferencia entre ambos términos no solo nos ayuda a reducir el desperdicio, sino también a ahorrar dinero y hacer un consumo más responsable.
Por último, hay alimentos que, aunque superen su fecha de caducidad, pueden seguir siendo seguros si se conservan adecuadamente. Algunos ejemplos son los quesos curados, los embutidos secos, los yogures y ciertos alimentos congelados. Sin embargo, siempre es recomendable verificar el estado del producto antes de consumirlo y seguir las recomendaciones de conservación.
En definitiva, conocer bien las etiquetas y diferenciar entre fecha de caducidad y consumo preferente es clave para cuidar nuestra salud y evitar desperdiciar alimentos en buen estado. La próxima vez que revisemos nuestra despensa, prestemos más atención a estos detalles y aprovechemos al máximo nuestros alimentos.