Dependiendo del discurso político que se escuche, el asunto de la inmigración masiva en Europa se está volviendo un debate de racista o no racista. Cuando la cuestión va más allá.
De hecho, cansados de ese tuya mía sin saber muchas veces hacía dónde se pretende llegar, organizaciones vecinales, como por ejemplo la Asociación de Vecinos de Delicias, instan a una verdadera intervención política para solucionar el problema. Sí, un problema. Porque según recalca su presidente, Luis Trapote, el aumento de la inmigración ilegal se está traduciendo en un "paulatino incremento" de la delincuencia. Por ello, pide al subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, que "escuche" sus demandas.
Mientras, desde ACCEM en Castilla y León aseguran que se trata de un problema de origen de los países. Y que, tal y como recalca su representante, Daniel Duque, ni mucho menos está "relacionado" el aumento de la conflictividad con que lleguen más migrantes al territorio. Ellos, señala, seguirán trabajando para "dotar de asilo y recursos" a personas en situación de vulnerabilidad.