
El Gobierno ha aprobado la modificación de la norma de calidad de la miel, que obligará a los fabricantes a especificar en el etiquetado el país de origen del producto y el porcentaje de cada mezcla. Un avance que el sector apícola considera positivo, pero insuficiente si no se refuerzan los controles.
Castilla y León, la tercera comunidad de España en importancia apícola, cuenta con un sector altamente profesionalizado. Santiago Canete, presidente de la Cooperativa Apícola Reina Quilama, insiste en que la norma debe ir acompañada de medidas de inspección:
"No vale con poner esta norma y pensar que ya se ha solucionado. Necesitamos que se implemente cuanto antes y que haya controles eficaces."
Mayor transparencia en el etiquetado, pero dudas sobre su aplicación
La nueva normativa establece que los envases deberán indicar de manera clara los países de procedencia de la miel, ordenados de mayor a menor porcentaje. Además, se elimina la categoría de miel filtrada y se determina que, si se ha retirado una parte significativa del polen, el producto solo podrá destinarse a uso industrial.
Sin embargo, para los productores, el problema va más allá de la información en la etiqueta. Canete insiste en la necesidad de reforzar las inspecciones exigiendo además un mayor control sobre la trazabilidad del producto.
Precios en caída libre por la competencia exterior
Desde la organización agraria COAG Salamanca, su presidente, José Manuel Cortés, también considera positiva la medida y la califica como una “reivindicación histórica”. Sin embargo, espera que la transparencia en el etiquetado ayude a mejorar los precios, actualmente en mínimos debido a la competencia desleal que sufren con mieles procedentes de otros países, como Ucrania, Argentina, Uruguay y China, cuyos precios resultan imposibles de igualar para los productores nacionales.
Rechazo a la nueva regulación sanitaria para las abejas
Otro punto de fricción con el Ministerio de Agricultura es la modificación del Real Decreto sobre sanidad apícola, que equipara la actividad de los apicultores con la ganadería, imponiendo la figura de un veterinario de explotación, obviando que la abeja es un insecto y no una vaca, una oveja o un cerdo, por lo que si el Ministerio no tiene en cuenta las propuestas que presentarán el próximo 10 de Febrero, que incluyen una reducción de los requerimientos zoosanitarios, las organizaciones agrarias ya han adelantado un calendario de movilizaciones para defender el sector apícola.