El campo de Castilla y León vuelve a salir a la calle. Las reivindicaciones continúan, esta vez en el sector del cereal. Unos mil agricultores acompañados por unos 40 tractores, se manifestaron frente a la planta de Biocarburante de Babilafuente, en Salamanca, para denunciar la "especulación" con los precios del cereal y la baja rentabilidad de sus explotaciones.
La protesta, convocada por ASAJA y la Alianza UPA-COAG, forma parte de una serie de movilizaciones que comenzaron en octubre para exigir medidas que protejan al sector de los elevados costes de producción y la presión de las importaciones.
Temor por Mercosur
El presidente de ASAJA Castilla y León, Donaciano Dujo, alertó de que la situación se agravará aún más debido al posible acuerdo -pendiente de ratificar- de la Unión Europea con Mercosur y a los aranceles a los fertilizantes de Rusia y Bielorrusia. Denunció que la planta de Babilafuente, que emplea 550.000 toneladas de cereal al año, podría impulsar los precios del cereal en el territorio pero, en cambio, permite que la especulación siga afectando a los agricultores. “No puede ser que nuestros precios sigan como hace 40 años mientras los costes se disparan”, criticó.
Por su parte, el secretario general de UPA en Castilla y León, Aurelio González, reclamó una mayor intervención del Gobierno para frenar la subida de los costes, especialmente de los fertilizantes, y garantizar precios justos para los productores. Advirtió que, de no tomarse medidas, la producción de secano quedará en el abandono y solo sobrevivirá el regadío.
Desde COAG, Lorenzo Rivera exigió que el Ministerio de Agricultura regule la entrada de cereal importado y que se refuercen los controles para evitar prácticas especulativas que ponen en peligro la viabilidad de las explotaciones cerealistas de Castilla y León.