
El aeropuerto de Valladolid enfrenta un duro revés: Ryanair abandona sus operaciones, dejando a una decena de trabajadores en el desempleo y un futuro incierto para la infraestructura aérea más importante de la Comunidad. Según ha conocido esRadio Castilla y León, los empleados se enteraron de la salida de la compañía por la prensa, sin previo aviso de las instituciones ni de la empresa.
"Llevo 20 años dedicados a esto, y nos vamos al paro con una mano delante y otra detrás", denuncia Javier Bartolomé, quien ocupaba el puesto de coordinador de vuelos.
La Junta habría rechazado aportar los 150.000 euros anuales que la aerolínea pedía para mantener el vuelo a Barcelona, cantidad que sí dan otras provincias como León o Santander. Con su salida, el aeropuerto de Villanubla queda casi sin actividad: podría cerrar la cafetería, no hay alquiler de coches y la infraestructura está "en ruinas", según trabajadores. La operativa cae a menos de 90.000 pasajeros, lejos del medio millón de hace una década.
Los empleados, además, denuncian que se les ofreció un traslado a Madrid con un 72% de jornada, una propuesta "inviable" para quienes tienen familia o compromisos personales. La mayoría, incluyendo a trabajadores mayores de 50 años, se irán al paro, percibiendo solo 20 días por año trabajado hasta un máximo de 12 mensualidades.
Además, recuerda que Valladolid es un punto estratégico desde el que se puede acceder a toda la comunidad: “Los pasajeros nos lo decían: Castilla y León es preciosa y desde aquí todo queda cerca”. Mientras tanto, otras ciudades como Santander han multiplicado su tráfico gracias a acuerdos similares con la aerolínea. Desde Valladolid, los trabajadores solo piden que se reflexione.
Con la marcha de Ryanair, Castilla y León pierde su conexión aérea más potente, dejando tras de sí una pista vacía y una comunidad que aún espera respuestas.