
Masiva concentración en la jornada de hoy domingo en la localidad soriana de San Esteban de Gormaz, cerca de 1.200 personas, reclamando que se habilite un paso provisional ante el derrumbe registrado el pasado 10 de marzo en el puente sobre el río Duero, que mantiene cortada la N-110 y ha partido en dos el pueblo. Además, los asistentes exigieron un proyecto “definitivo" para contar con un nuevo viaducto “del siglo XXI”, y que el tráfico, especialmente de los vehículos pesaos, deje de atravesar el pueblo. El alcalde de San Esteban de Gormaz, Daniel García, destacó la respuesta ciudadana, asegurando que en esta acción “no hay colores políticos” y avisando de que acudirá dónde sea necesario para defender a sus vecinos, ya sea a “Bruselas” o “Waterloo”, donde reside el expresidente catalán Carles Puigdemont. La concentración comenzó en el frontón de la localidad y se dirigió hacia la Plaza Mayor, donde tuvo lugar la lectura del manifiesto. Se vieron pancartas con lemas como “Se nos ha caído el puente y Pedro Sánchez se muestra indiferente” o “De puente a puente o nos volverá a llevar la corriente”,
En su alocución a los manifestantes, el regidor insistió en pedir que se construya un paso alternativo al denominado puente ‘de los 16 ojos’ para dar “aire” y “oxígeno” a la localidad mientras se lleva a cabo la reparación, que ya ha comenzado con la actuación del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que estima una inversión de 1,35 millones de euros. "Esto es un problema que va más allá de San Esteban de Gormaz, afecta a toda una comarca, una provincia y una región". También reclamó un puente definitivo que les permita recuperar la movilidad. “Ya está bien”, dijo para exigir una solución. De la misma forma quiso destacar la respuesta dada por el Ministerio de Defensa y el Ejército español.
También tomaron la palabra representantes del sector de la hostelería y la restauración, que denunciaron la caída del número de reservas y clientes, y también de los comerciantes, de los agricultores y de los vecinos que viven al otro lado del río. En conjunto, denunciaron la situación en la que se encuentran tras el derrumbe y pidieron que no se parchee el puente, con una solución temporal, sino la construcción de uno nuevo en la Autovía del Duero (A-11) ya que insistieron es una “cuestión de supervivencia”.