Desde hace tiempo no ha habido una demanda tan clara de los ganaderos hacia las instituciones comunitarias como lo es la rebaja de la protección del lobo. Ya iba siendo hora de que la Comisión Europea de Ursula Von der Leyen hiciese caso, después de traer este animal infinidad de problemas al sector. Porque la realidad es muy palpable: cada vez son más frecuentes los ataques a las reses y, por ende, las cabezas de ganado muertas.
Uno de los territorios que más lo ha sufrido es, sin duda, Castilla y León, donde la población de estos ejemplares no ha parado de crecer desde hace décadas. Por tanto, el gobierno autonómico, en favor de un régimen de protección más liviano, se defendía en este argumento estado de conservación favorable.
La cuestión es que, ahora que Europa accede a ello, España, junto con Irlanda, votan en contra. Un ejecutivo, el español, que controla la población de estos animales al sur del río Duero en la comunidad castellana y leonesa. Allí la situación de ataques "es insostenible", tal y como cuenta Isabel Herrero, pastora de Salamanca.
En la otra cara de la moneda, en el norte del río, hay un régimen de caza más flexible, el que hemos comentado, llevado a cabo por la Junta. Uno de sus consejeros, el de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, asegura que el ejecutivo de Sánchez "tiene que mover ficha cuanto antes" en favor de los ganaderos y rebajar la protección en el sur del Duero, aunque, eso sí, no cree que "eso vaya a ser así".