Audio: El mejor día de la semana
Hoy Fran Mezcua, Javier Urra, Esther Prada, Ana Olivares, Esteban Massana, Candela Rojas y el Dr. Darío Fernández
El hambre como un fenómeno físico y emocional, su regulación hormonal y las estrategias para diferenciarlo de la ansiedad. También hemos analizado cómo la exigencia extrema afecta el bienestar y el rendimiento, y la importancia de la crítica constructiva para el crecimiento personal y la autocrítica como herramienta de mejora.
El hambre: una necesidad física y emocional
El Dr. Darío Fernández nos ha contado que “el cerebro está programado para garantizar nuestra supervivencia, no para hacernos felices”. Por ello, el hambre se experimenta como una sensación intensa y difícil de controlar. Su regulación depende de varias hormonas, como la grelina, que estimula el apetito, y la leptina, que genera saciedad, aunque de manera mucho más lenta.
También hemos diferenciado el hambre fisiológica del hambre emocional. La primera aparece cuando el estómago está vacío y desaparece al ingerir cualquier alimento. En cambio, la que surge por ansiedad suele estar precedida por emociones negativas y lleva al consumo impulsivo y descontrolado. “El problema no es el impulso de comer, sino el control de las emociones que lo desencadenan”, ha explicado el Dr. Fernández. Según el Dr. Fernández, “antes de comer, es importante identificar la emoción que sentimos y buscar una alternativa a la comida para gestionarla”.
La exigencia extrema en la búsqueda de la excelencia
Según ha explicado Esther Prada, "se ha extendido la creencia de que el alto rendimiento solo se consigue con una presión extrema, pero esta idea puede ser perjudicial". A lo largo de la historia, esta dinámica se ha representado en el cine con películas como La chaqueta metálica o Cisne negro. En la película analizada, la relación entre profesor y alumno refleja un modelo todavía vigente en muchas disciplinas.
Estudios han demostrado que la excelencia está vinculada a una alta capacidad cognitiva, una motivación intrínseca y una sensibilidad emocional intensa. "Las personas con gran capacidad suelen ser más frágiles ante el maltrato", ha destacado Prada. La presión excesiva puede derivar en estrés crónico, agotamiento e incluso consecuencias graves como la depresión.
El valor de la autocrítica y la crítica constructiva
Javier Urra nos explicó que "el ser humano es, por naturaleza, crítico, aunque a menudo lo es más con los demás que consigo mismo". Además, señaló que solemos atribuir nuestros fracasos a circunstancias externas, mientras que nos adjudicamos los éxitos de manera personal. Como consejo, recomendó enfocarnos en mejorar nosotros mismos en lugar de tratar de cambiar a los demás, ya que este enfoque resulta más efectivo.
Asimismo, analizamos cómo recibir críticas es un ejercicio de crecimiento. "Si solo te rodeas de personas que siempre te dicen que todo está bien, te estancas", subrayó Urra. Por ello, insistió en la importancia de estar abiertos a la retroalimentación, especialmente cuando proviene de personas que aportan valor con sus comentarios.
Para cerrar, distinguimos entre crítica constructiva y destructiva, destacamos la importancia de asumir la responsabilidad de nuestros actos y subrayamos el papel fundamental de la autocrítica en cualquier proceso de desarrollo personal.
“El mejor día de la semana” es una producción del también presentador Fran Mezcua con el apoyo técnico de Álvaro Calero y Álvaro Rodríguez.